Conocer a Janine marcó un antes y un después en mi vida. Durante más de 10 años me acompañó en diferentes momentos con constelaciones, terapias individuales y seminarios, y cada uno de esos espacios fue una puerta hacia mí. Tiene una forma profunda, amorosa y certera de ver el alma; de reflejarte con tanta verdad que no puedes más que empezar a encontrarte. Gracias a su guía pude mirar mis dolores más profundos, comprenderlos, abrazarlos y, sobre todo, transformarlos. Hoy camino con bases sólidas, con una conexión real con mi esencia, con mi luz, y con la certeza de que el trabajo que hicimos juntas me abrió un nuevo rumbo. Janine no solo fue mi terapeuta: fue un faro, un espejo y una guía espiritual. Siempre le estaré agradecida por ayudarme a regresar a mí.